lunes, 28 de julio de 2008

GRACIELA SILES - Construccion cultural del género (femenino)

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Hasta el momento presente, la existencia femenina siempre se ordenó en función de las vías social y pretrazadas: casarse, tener hijos, ejercer las tareas subalternas definidas por la comunidad social. Esta época concluye ante nuestros ojos; con la pos mujer de su casa, el destino femenino entra por primera vez en una era de imprevisibilidad y de apertura estructural...

Gilles Lipovetsky


La obra de la artista cordobesa Graciela Siles aborda la temática de género (femenino) con una modalidad de trabajo interdisciplinario, recurre a una ocupación del espacio expositivo, donde a través de su recorrido el espectador se enfrentará a diferentes situaciones sensoriales y de emociones lúdicas e irónicas basados fundamentalmente en la resignificación de objetos y materiales.


Textos sobre el proyecto AMA-DA de Graciela Siles.

AMA-DA nos hace transitar por la subterránea esencia que perturba y que sumerge en un recorrido intestinal por la condición femenina; en un deslumbrante juego que pone luces y sombras sobre los mandatos sociales que la determinan.
Con una percepción irónica de la construcción cultural del género, ridiculiza las pautas y preceptos que someten y a la que se autosometen las mujeres en una suerte de histrionismo omnipotente.
Opone las categorías de lo femenino con objetos despojados de su valor cotidiano en una sorprendente asociación conceptual. Apela a la exageración para poner justa medida al asunto, manifestando una mirada inquietante de una realidad trascendental.

Lic. Guillermina Heredia



Nada en la naturaleza explica la división sexual de las tareas. Claude Meillassoux

A partir del exuberante mundo material de las prácticas y enceres domésticos, desde una estética inmediata a cierta arqueología del “hogar”, y no sin un corrosivo humor, Graciela Siles cuestiona, metafóricamente, las proscripciones inmemoriales a las que se ve sometida la mujer: el orden doméstico, el régimen de ajustes sociales, el adocenamiento dietario, los invasivos dispositivos ginecológicos o el elenco de prótesis cosméticas que regulan un orden de belleza impositiva y homologada al imaginario vulgar –y massmediatico- de “lo que debe ser una mujer.
Estos objetos, dispositivos de una vigencia material y simbólica tan profusa como desconcertante, develan un “micropoder” que opera en el ocultamiento: en lo no-manifestado, en lo aparentemente ingenuo, insípido y hasta aburrido. Sin embargo en nuestra sociedad cordobesa sigue siendo arduo y polémico tematizar los conceptos de mujer, varón, familia (como discurso hegemónico de un modelo de familia nuclear/patriarcal) y su asociación con valores “eternos”, atemporales, “naturales” condicionados por una concepción religiosa que dificulta, y hasta clausura, la revisión de sus sucesivos acomodamientos históricos.
Las fajas verticales de lana de acero (“virulana”) y algodón, con las cuales nos encontramos como la instalación vestibular de la Muestra son, quizás, materiales parlantes de una secreta alianza entre la compulsión por lo pulcro, por el relucir esmerado como rasgo inequívoco del impositivo orden hogareño y el pudoroso -y esmerado- disimulo de los fluidos corporales femeninos.
Los guantes de látex, que se diseminan en damero junto a los implacables relojes, ostentan un cercenamiento anular: ese dedo, adiestrado a la usanza de las tradicionales “alianzas de casamiento” -sello de matrimonio monogámico en nuestra cultura-, se ve liberado, simbólicamente, del peso de tanto precepto sociocultural sin opciones al momento del vinculo marital. Los mismos “dedos” de goma, ahora indiscernibles entre capuchones y preservativos, son, en otra instalación, aprisionado por voraces trampas ratoneras alegorizando al matrimonio como sujeción, o tal vez como esa –innombrable- cárcel que no se ve.
Las básculas parlantes, con su alarido histérico, encienden la hoguera de nuestras vanidades frustradas, el pavor a la no pertenencia, el odio al desobediente cuerpo que se niega a homologarse a una belleza canonizada por el tubo catódico. Allí, sobre el parapeto tembloroso de las definiciones, y desde un juicio implacable a la tozuda naturaleza, todas las artimañas son pocas a la hora del condicionamiento social: esbeltez, agilidad, juventud y tilinguería.
Ama-da no nos propone divagar en una mitología extraña o insólita, no; mas bien nos impulsa, si no a la reflexión, sí a la certeza de sabernos aviesamente condicionados y determinados por una trama cultural de la cual somos pobres autores pero compulsivos actores.

Prof. Guillermo Alessio


Texto sobre el proyecto AMA de Graciela Siles.
Un enorme pantalón de jean y una remera cuelgan del balcón de una casa de fachada azul… estas ropas masculinas forman parte de una curiosa instalación de Graciela Siles, titulada “Ama” (por ama de casa), que comienza desde la escalera. Cada grada, iluminada con focos contenidos en espéculos, lleva impresa la dirección de una página web. La secuencia refleja un amplio abanico de motivaciones que el mundo del consumo tiene disponible para la mujer.Graciela Siles presenta objetos de la vida cotidiana en escalas mayores a las reales: una fotografía que llega al techo, alude a un cálculo de miles y miles de platos lavados en una vida de matrimonio. En otra sala, un broche de la altura de una persona adulta dispara infinitas connotaciones. Otras fotografías refieren a la rutina de la limpieza, entre el humor y la reflexión: la imagen de un balde sobre otra de un trapo de piso, presentada como una alfombra; una composición con tampones, etcétera.
Para Siles son “objetos representados desde un feminismo irónico, que no se muestra en guerra con la femineidad y que no demoniza al hombre”.
El recorrido es curioso. En la escalera están los mandatos sociales (una página de novias y esposas, por ejemplo). A esta introducción, le sigue una descripción de tareas del hogar. Todo está realizado en un lenguaje que sintetiza, en líneas, colores y luces, el sentido del trabajo físico y la resignación. Y en la última estación, está el hombre (¿como otro elemento?) representado en sus prendas planchadas.Para la artista, su obra “gira en torno a viejos y nuevos roles en la construcción de la imagen femenina”. Y el eje es el de la mujer como ama de casa, asegura Siles, un rol que sigue vigente pero que adquiere características cada vez más complejas.

Verónica Molas
Publicado en: LA VOZ DEL INTERIOR, lunes 14 de junio de 2004.

1 comentario:

Agustín Marcó del Pont dijo...

felicitaciones graciela, muy linda tu obra
un admirador