sábado, 10 de noviembre de 2007

Arte y tecnología


Ciclo Mesa Cuadrada

Disertantes: Maria Cristina Rocca – Rafael Ferraro
Coordinador: Esteban Rizzi

Arte y tecnología. El caso de las bienales de Córdoba

Con María Cristina Rocca y Rafael Ferraro como disertantes, esta es la segunda “Mesa Cuadrada” del ciclo de charlas sobre arte que se viene realizando en Artis Galería, acompañando las exposiciones temporarias mensuales de la galería. “Mesa Cuadrada” se dirige a artistas, teóricos, estudiantes, aficionados y sobre todo al público en general que quiere informarse sobre la producción artística contemporánea de Córdoba. El objetivo del ciclo es recomponer el pasado reciente de la producción artística de Córdoba desde los años 60 hasta hoy.

“Mesa Cuadrada” pretende funcionar como espacio de difusión y construcción del conocimiento en un espacio de dialogo y debate, de ideas y posicionamientos respecto de la temática del arte contemporáneo en Córdoba.

María Cristina Rocca es Magíster en Historia del Arte por la Universidad Nacional de Cuyo y Licenciada en Letras con Mención en Historia del Arte por la Universidad de los Andes de Mérida, Venezuela. Es docente de historia del arte en la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba. Publicó, entre otras publicaciones sobre las artes plásticas de Córdoba, el libro Las Bienales de Córdoba. Arte, Modernización y Guerra Fría.

Rafael Ferraro empezó su labor en el campo artístico en los años 60. Fue el primer director del Centro del Arte Contemporáneo Chateau Carreras, fundado en 1988. Fundó la primera asociación de amigos de un museo en Córdoba, la del Caraffa, museo que dirigió entre 1994 y 1999. Hace poco fue incorporado a la Academia Nacional de Bellas Artes en reconocimiento a su labor en el campo artístico.


Cristina Rocca
Arte y tecnología en las Bienales de Córdoba

Las relaciones entre arte y tecnología han variado históricamente. Las Bienales de Córdoba, realizadas en los sesenta, fueron patrocinadas por una empresa automotriz en épocas del desarrollismo y la Guerra Fría. La relación que se establece entre arte y tecnología queda manifiesta en el otorgamiento de los máximos premios a obras cinéticas, sobre todo en la segunda y tercera edición de la Bienal. Durante esta última se organizaron, en simultáneo, las Primeras Jornadas de Música Experimental. En el transcurso de estas Bienales el énfasis estuvo puesto en la tecnología como discurso de eficiencia.
Las Bienales Americanas de Arte –simultáneas a la existencia del mítico Instituto Di Tella de BA-, tuvieron un fuerte impacto regional. Contaron con el patrocinio de las Industrias Kaiser Argentina (IKA), empresa automotriz con capitales mixtos y fuerte perfil norteamericano. Las Bienales fueron precedidas de los Salones IKA a partir de 1958, restringidos al interior del país. Salones y bienales fueron posibilitados gracias a la disposición general de una sociedad ávida en modernizarse industrial y culturalmente.

La tecnología como eje social
Tecnología fue un eje central en la naciente sociedad de consumo latinoamericana, donde el desarrollismo desplegaba la certeza de que para salir del subdesarrollo económico había que promover la instalación de industrias básicas. La política exterior norteamericana de posguerra incluía al ámbito cultural, diseñando una serie de programas, entre otros la Alianza para el Progreso, en la cual se inscribió el proyecto de Salones y Bienales que se implementaba en Córdoba, a través de la Oficina de Relaciones Publicas de Industrias Kaiser Argentina. La industria norteamericana patrocinaba eventos artísticos a fin de cubrir y ocupar espacios posibles o vulnerables de infiltración comunista. La cultura y con ella el arte, lugares de disputas simbólicas, son terreno fértil para la inversión ideológica.

Los espacios de las Bienales o apropiaciones simbólicas.
La I Bienal (1962) transcurrió, igual que los Salones, en el Museo Provincial de Bellas Artes Emilio Caraffa. Para la II Bienal (1964) la exposición se mudo a la Ciudad Universitaria, UNC, en tiempos en que la Escuela de Arte comenzó a intervenir activamente. La III Bienal (1966) se realizó en el nuevo edificio de Ingeniería, también en la Ciudad Universitaria. El amplio espacio interno de este edificio permitió acondicionar un escenario que no solo daba aire a las obras presentadas, sino que exhibía lo nuevo como valor simbólico. Las consideraciones en torno a la sede surgieron por la expansión de la convocatoria al resto de los países latinoamericanos. (De la primera participaron Brasil, Chile, Uruguay y Argentina; en la segunda se agregaron Paraguay, Bolivia, Perú, Colombia y Venezuela; en la tercera se abrió la participación a todos los países de Latinoamérica).

Sobre la tecnología desde el campo artístico.
La euforia por los avances industriales y tecnológicos y el bienestar social que acarrean, era tan destacada que opinar sobre el rol de esos avances era decisivo aun desde el campo artístico. Según Sigwart Blum -critico de arte de BA, activo en los salones IKA- opina acerca del círculo máquina-hombre. El hombre creador del proceso industrial, la ciudad industrial,… un nuevo sistema de valores. Es la era de las posibilidades, de la libertad para elegir, de la competencia. Debe adaptarse a las exigencias continuas y variantes del medio.
No todas las opiniones eran coincidentes en el mundo artístico. Herbert Read –presidente del Jurado de la I Bienal- advierte que nunca antes en la historia del mundo occidental hubo tan completo divorcio entre el hombre y la naturaleza, el hombre y sus semejantes, el hombre y su individualidad. Ahora sabemos que el capitalismo no es el único responsable, también las características y miras de nuestra civilización tecnológica son factores determinantes. Marta Traba –jurado en la II Bienal- denunciaba la tecnología ideológica de los norteamericanos. La tecnología hábilmente convertida en ideología,… como instrumento de poder. Umbro Apollonio –director de la sede permanente de las Bienales de Venecia y presidente del Jurado de la II Bienal- declaraba que en materia de artes plásticas los niveles (ente países desarrollados y países subdesarrollados) son muy parejos. En América Latina hay movimientos de avanzada que han sido orientadores hasta en la misma Europa, como ser las obras plásticas dinámicas y los móviles.
La pauta estaba marcada por el cientismo, premiado en Venecia en la obra de Jesús Soto. El Gran Premio de la II Bienal fue para el venezolano J. Soto, que también se llevo el Premio Gobierno de Córdoba al mejor pintor extranjero. Las obras cinéticas por las que se lo premió, representaban una manera de pensar y estudiar el movimiento real y virtual y hacer un arte que podía equiparase a la manera de pensar y realizar del racionalismo técnico y de la seriación de la industria moderna. Las posibilidades lúdicas del cientismo proveyeron de una justificación social para el arte, que en el aspecto simbólico fue equiparada a la función social de la empresa.

Plástica, tecnología e industria.
El Gran Premio III Bienal para el venezolano Carlos Cruz Diez fue paradigmático. Parecían haber pesado más conceptualizaciones extra-artísticas –vinculadas a la relación arte-tecnología-industria anunciadas en el propio catalogo por James Mc Cloud, presidente de IKA- que criterios artísticos.
En 1965 se realizo en el MOMA –NY- The Responsive Eye (El Ojo Sensible), en la que se mostró el estado de la investigación cinética; de allí provenía el presidente del Jurado de la III Bienal: Alfred Barr Jr. En el mismo año en BA se premió a Rogelio Polesello en el Salón de Artistas Jóvenes y en 1966, los trabajos cinéticos de Julio Le Parc le permitieron convertirse en el ganador de la Bienal de Venecia. También en 1966, un mes antes de la Bienal, se realizo en BA la exposición Plástica con Plásticos, donde cincuenta y tres artistas experimentaron con nuevos materiales producidos por la industria.

Plásticos y músicos experimentales.
Soto, su capacidad de conceptualizar su actividad y comunicar sus ideas, le valió para ser invitado de honor en la III Bienal, convirtiéndose en uno de los ejes del Simposio de Pintores y Músicos, junto a Earle Brown, un músico experimental que análogamente a Pollock en la pintura, consideraba al acto mismo de hacer música mas importante que el resultado obtenido, una misma obra nunca se repite de la misma forma. Ambos, Soto y Brown procuraron la objetivación de su materia: lo sonoro y lo visual, requiriendo de una alta dosis de raciocinio y de modelos ideacionales para llevar a cabo su propósito. Histórica y socialmente la visión y los métodos de la ciencia y la técnica conformaron la vanguardia del mundo moderno. El arte para conservar su posición de vanguardia, debía adoptar la visión y los métodos tecno-científicos, de tal modo que se produjo un reemplazo total de las relaciones existenciales por un aspecto parcial (la relación mediatizada por un sistema de ideas).

En las Bienales de Córdoba se sostuvo desde campos artísticos y extra-artísticos, la relación del arte y la tecnología como parte de discursos diversos y controvertidos, pero nunca ingenuos, inaugurando una serie de tensiones y conflictos en la búsqueda de sentido de esa relación.
Para tener en cuenta


Bibliografía

§ ROCCA, María Cristina (2005): Las Bienales de Córdoba. Arte, Modernización y Guerra Fría. Córdoba: Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Filosofía y Humanidades. SECYT/Universitas. 320 p.
§ --------------------------------- (2004): “Artistas de Córdoba, Salones IKA y Bienales Americanas de Arte: en torno al arte moderno en los sesenta” en AAVV. 100 Años de Plástica en Córdoba, 1904-2004. 100 Artistas-100 Obras en el Centenario del diario La Voz del Interior. (Libro-Catálogo de la exposición del mismo nombre). Córdoba: Agencia Córdoba Cultura y La Voz del Interior. p.155-172.


Publicaciones

§ ROCCA, María Cristina (2007): “Años Sesenta: las Bienales de Córdoba” en Escenario del Libertador. Año 4. No. 16. Revista de la Fundación Teatro del Libertador San Martin. Córdoba, septiembre, octubre. pp. 4-5
§ --------------------------------- (2005): “Las Bienales de Córdoba en épocas del desarrollismo y la Guerra Fría” en Studi Latinoamericani/Estudios Latinoamericanos. Experimenti di comunicazioni. No.1. Udine: Forum Edrioni, diciembre. p.133-150.
§ --------------------------------- (2005): “Arte y tecnología en las Bienales de Córdoba” en Separata. Revista anual del Centro de Investigaciones del Arte Argentino y Latinoamericano. Facultad de Humanidades y Artes. Universidad Nacional de Rosario. (El resumen es de este material)
§ --------------------------------- (2004):“Pensamiento y acción de Marta Traba en las Bienales de Córdoba” en Teórica. Teoría, Crítica e Historia del Arte Contemporáneo. No. 0. Revista de la Fundación Rosalía Soneira. Córdoba, septiembre. p.33-41.
§ --------------------------------- (2003): “Marta Traba en las Bienales de Córdoba”. Publicación en Compact Disc de las IX Jornadas Escuelas/Departamentos de Historia. Universidad Nacional de Córdoba.
§ --------------------------------- (2002): “Las Bienales de Córdoba como Illusio” en Huellas... Búsquedas en Artes y Diseños. No. 2. Revista de la Facultad de Artes y Diseños de la Universidad Nacional de Cuyo/ Dirección de Investigación y Desarrollo. Mendoza, noviembre de 2002. p. 99-106.


Web

http://www.monografias.com/trabajos34/bienal-americana-arte/bienal-americana-arte.shtml
§ RUBIO, Héctor "Archivo" Copia del Programa de Conciertos de la III Bienal Americana de Arte.
§ ROCCA, María Cristina y otro. REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS AVANZADOS DE LA U.N.C. "Estudios N° 10 Artículo sobre las Bienales de Córdoba: arte, ciudad e ideologías" Julio / Diciembre de 1998. Páginas 93 a 108.
http://www.caia.org.ar/editorial/indices/arte%20recepcion.htm
§ Rocca, María Cristina y Panceta, Ricardo; Bienales Americanas de Arte en Córdoba: públicos y recepciones.
http://www.proa.org/noticias.php?id=92
http://esculpiendo.blogspot.com/2007/07/experimentacin-sonora-en-argentina-bajo.htmlhttp://www.ffyh.unc.edu.ar/alfilo/alfilo-4/historias_y_personajes.htm